Clases de manejo



Siempre fui el consentido de mi padre. Soy uno de cuatro hermanos. Muy temprano mi madre nos levantaba a hacer el quehacer. Mis dos hermanas eran las encargadas de preparar el almuerzo y arreglar las habitaciones, mientras mi hermano, como era el mayor debía abrir el paso de agua para llenar los aljibes y cargar la camioneta con los productos que se producían en granja: queso, leche, mantequilla, y carne. Yo, en cambio, no hacia gran cosa. Acompañaba a mi padre al pueblo. Íbamos a cobrar a los clientes que vendían los productos de la granja. Yo iba sentado junto a él en la camioneta. A veces me dejaba jugar a que yo manejaba. Un día, estaba yo solo, tome las llaves y encendí la camioneta, esta arranco y termine atropellando a uno de los trabajadores de la granja. En aquel entonces tenía yo nueve años.

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